Caminando por el Alto Atlas. El Toubkal
El
Trekking: Imlil - Tizi Oussem (Parte III)
Rabat:
Nos despierta el suave canto del muecín (4:45 h) en su primera llamada del día
para la oración. Me sorprende su armonioso canto, que me transmite sosiego y
paz. ¡ Qué insólito!
La
pasada noche nos acostamos temprano (21:00 h) ya que la jornada fue agotadora;
unas 20 h entre viaje, traslados, cambios y novedades que nos dejaron
noqueados.
Entre
las sábanas esperamos a que suene el despertador, repasando en silencio los
paisajes, las sensaciones, los olores, las vivencias de un país tan cercano
pero tan distinto.
Desayunamos
tan copiosamente como nos lo permite la emoción. Nos espera otro agotador viaje
de casi 6 horas en autobús desde Rabat pasando por Marrakech hasta Imlil. De
nuevo en camino, otra vez el caótico tráfico
que parece sacado de una película
de los años cuarenta; colas, pitidos, cruces por la vía, adelantamientos
inverosímiles, carros con mulo, ciclomotores, infinidad de coches, furgonetas,
autobuses. Todo mezclado en un aparente caos ordenado. Increíble que no ocurra
ningún contratiempo.
Después
de dejar Marrakech tomamos dirección S-SE y empezamos a adentrarnos en las
montañas del Atlas. El cielo se cubre por completo, la carretera se convierte
en lo inmediatamente superior a una pista, sin arcenes, con gente y animales
que se apelotonan en las cunetas. El chofer marroquí parece moverse como pez en
el agua en este caótico
devenir. Ascendemos con rapidez entre el enrevesado
camino ahora ya con importantes precipicios por el lateral izquierdo. Bordeamos
un río que baja salvaje. Entre la llovizna, los desprendimientos y la velocidad
nos tememos lo peor ...
Justo
a las 14:00 llegamos a Imlil. Se trata de una pequeña aldea de casas bajas,
muchas de adobe, otras de ladrillo o bloques de cemento con las fachadas sin
acabar. En una calle, que aparenta ser la principal, para el microbús. Nos
apeamos con rapidez mientras un grupo de bereberes descargan nuestras cosas en
un suspiro.
Nuestra
guía contacta con el guía local que a su vez moviliza el grupo contratado.
Cuatro mulos que nos llevarán la parte más pesada de nuestro equipaje,
custodiados por tres muleros. Tres cocineros que hacen las veces de porteadores
y el guía principal (Mohamed) que es quien lleva la voz cantante.
Con
diligencia cargan los mulos mientras separamos para nuestras mochilas del día
las cosas que creemos serán imprescindibles en el trayecto. Nos preparan en un
local de una casucha que parece una taberna, algo para comer a base de ensalada
y una especie de tortilla al horno rellena de verduras y por supuesto té, mucho
té que se convertirá en nuestra bebida principal.
Sobre
las 15:00 h comenzamos a caminar. Nada más salimos y, antes de abandonar la
aldea, una de nuestras compañeras sufre una caída por un inesperado tropiezo.
Atendida la
herida y recuperados todos del susto empezamos a caminar. Una
ligera llovizna nos acompaña mientras abandonamos la población. El aumento de
la intensidad de la lluvia hace que paremos para refugiarnos bajo nuestros chubasqueros
y capas. Ya con todo lo
adecuado para no mojarnos seguimos avanzando. Tomamos
un sendero bastante marcado en dirección SW que asciende zigzagueando la ladera
hasta alcanzar un primer collado a
unos 2.000 m. Desde aquí ya todo es
naturaleza y aire puro. Un gigantesco barranco nos muestra toda su amplitud a
nuestros pies, mientras que la niebla y la llovizna nos impide ver la
grandiosidad de las colinas que nos circundan. Después de un corto llano y una
ligera
bajada, volvemos a ascender, cruzamos el lecho de un riachuelo al tiempo
que nos cruzamos con un grupo de gente que baja hasta Imlil. Son españoles y de
Granada y conocen algunos de los componentes de nuestro grupo. Se saludan en
admiraciones y sorpresas y nos deseamos parabienes para todos. Otra empinada
cuesta y ya estamos en el
collado de Tizi n’Mzik (2.489 m). Esperamos para
reagrupar a la gente mientras tomamos
fotos aunque la niebla cubre todo el
horizonte por los 360º, así que los amplios paisajes brillan por su ausencia. Mientras esperamos, la
llovizna se convierte en ligera nevada y las
copas de las viejas sabinas
empiezan a cubrirse de blanco. En el collado hay una especie de aprisco de
piedra reconvertido en cabaña donde los beréberes ofrecen bebidas y té
caliente. Una ligera brisa hace que nos arrebujemos con más ropa. Reunido y
descansado el grupo proseguimos el camino antes de empezar a coger frío. El
sendero desciende suavemente entre un abierto bosque de centenarias sabinas. La
niebla sigue cubriendo el
horizonte mientras la algodonosa nieve se posa
suavemente en nuestros rostros. Con la misma rapidez que bajamos termina de
nevar e incluso de llover. En un recodo del camino y hacia el W aparece colgada
en la ladera del valle la diminuta aldea de Tizi Oussem, nuestro
destino de hoy.
Al acercarnos, la aldea nos parece aún más pobre. Casas de adobe dispuestas en
escalera con techos planos también de adobe. Todo rememora a las
Alpujarras
granadinas; los pequeños bancales escalonados ganados a la pendiente, las
chispeantes acequias que trasladan el agua por doquier. La aldea es mísera y
bajo esta oscura tarde aún lo parece más. Unos sonrientes niños nos saludan
cuando alcanzamos la Gite d’etape, nuestra parada de hoy.
Es
una especie de albergue en tres plantas donde podremos dormir con comodidad y
descansar para afrontar con garantías la siguiente escala. Después de
instalarnos en varias habitaciones y enseñarnos el aseo, o algo parecido a eso,
con un water que es un agujero
en el suelo, aunque hay puerta para hacerlo
íntimamente y una especie de lavabo comunal algo así como lo inmediatamente
superior a un abrevadero. Todo suficiente para las
necesidades reales. No sé a
quién ha sobornado Enric, pero logra hacerse con la llave de un minúsculo
candado que abre la puerta a… ¡¡un dormitorio de matrimonio!!
Tras acomodarnos en nuestras habitaciones y asearnos un poco subimos a otra habitación alargada, cubierta con tapices y almohadones y con una alargada mesa central donde nos
Tras acomodarnos en nuestras habitaciones y asearnos un poco subimos a otra habitación alargada, cubierta con tapices y almohadones y con una alargada mesa central donde nos
sirven té calentito y la cena. Pasamos el rato en animada
conversación tratando de conocernos y compartiendo esas vivencias aun tan
vivas. Al parecer el tiempo pinta mal para los siguientes días. Proponemos ir
al descanso y mañana ver cómo amanece para decidir qué hacer. Nos informan que
en las cotas más altas las nevadas están siendo continuas. Pero primero
descansar y mañana más ...
Por
cierto aún no presenté a los componentes del grupo:
Lina
(Sevilla, la guía española), Marisa (Madrid), Ana (Granada), Charo (Granada),
Mar (Almería), Arielle (Granada) y Teresa (Madrid) forman el cuerpo femenino.
Iñaki (Guipuzcoa), Xose Manel (Vigo), Javier (Zaragoza), José Manuel (Madrid),
Paco (Granada), Emilio (Alicante) y Enric (Alicante), somos el cuerpo
masculino. Pueden estar contentos los dirigentes españoles, hemos reunido un grupo
con paridad de sexos, sin discriminación, jejeje.
... Continuará ... Ver Siguiente: (Parte IV)
Texto & Fotografías: Arielle & Enric.
preciosas fotos!!!!!
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