Caminando por el Alto Atlas. El Toubkal
El
Viaje (Parte II)
Por
fin llegó el día. El nerviosismo nos invade, nos levantamos a las 2:45 h, antes
incluso que el despertador. Preparamos desayuno y bocadillos para el trayecto,
ultimamos el equipaje mientras nos preparamos para salir sin tardanza. La
cerrada noche es cálida, quizás la tensión de la ocasión nos la haga sentir de
ese modo.
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El
compañero Paco Bedmar está con nosotros y los tres nos acomodamos en el coche
al tiempo que ilusión y tensión palpitan en nuestro cerebro.
Marchamos
para Algeciras ...
Tras
un tranquilo viaje, cerca de las 6:38 h llegamos a la terminal de Algeciras.
Una gran
cantidad de gente ocupa la sala de espera, intentamos adivinar cuales
serán compañeros de viaje. Nos dijeron que hasta 14 personas conforman nuestro
grupo. Se acerca la hora y nadie nos pregunta, nos movemos nerviosos hasta que
preguntamos a otras gentes ocupadas, de la misma manera que nosotros, en tratar
de localizar alguien de la agencia que nos guíe. Ésta finalmente aparece, nos
tranquilizamos y seguimos las instrucciones.
Son
las 7:15 cuando dejamos nuestros bultos en un autobús que será el que nos lleve
a nuestro destino en Marruecos y nos montamos, más ligeros ya, al ferry.
El
mar está en calma, el barco es más grande de lo que habíamos imaginado y ofrece
un casi imperceptible movimiento. Charlamos con algunos de los que serán los
siguientes días nuestros compañeros de travesía mientras amanece y las imágenes
empiezan a
amontonarse. Tomamos algunas fotos, admiramos los traviesos delfines en su carrera junto a la nao y, sobre todo, tenemos la vista fija al frente. Las costas de Marruecos, nuestra mente vaga somnolienta imaginando escenas futuras.
amontonarse. Tomamos algunas fotos, admiramos los traviesos delfines en su carrera junto a la nao y, sobre todo, tenemos la vista fija al frente. Las costas de Marruecos, nuestra mente vaga somnolienta imaginando escenas futuras.
Desembarcamos
en Ceuta a las 9:05, se genera un gran descontrol entre todo el personal por
falta de información de la agencia y deambulamos agrupados intentando seguir el
instinto. Finalmente alguien nos recoge y nos indica. Uf!!!, el autobús aparece
y se tranquiliza todo el grupo.
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La
Frontera, paciencia y tranquilidad. Uniformes y una cierta sensación de
anacronismo impregna los sentidos. Tardamos 2 h en tramitar todo. Ya en
Marruecos los ojos se agrandan, queremos abarcar los paisajes, abrimos la mente
para guardar todas las imágenes. Lo cierto es que el paisaje parece un calco
del otro lado. Salientes rocosos, prados verdes y vacas, muchas vacas pastando
por los prados incluso en el borde de la carretera. Nos desplazamos paralelos a
la costa en dirección SW. Jarales y alcornocales componen el mosaico junto a
los verdes prados, lomas herbosas, moles pétreas entre tímidos pinares que
empiezan a verdear. Nos espera un largo trayecto, muy largo, primero
hasta Assilah, donde una corta parada nos permite cambiar moneda y comer algo. Después más autobús hasta llegar a Rabat, llegamos son las 15:15. Nos instalamos en un correcto Hotel y tenemos la tarde libre para descanso y primera toma de contacto.
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hasta Assilah, donde una corta parada nos permite cambiar moneda y comer algo. Después más autobús hasta llegar a Rabat, llegamos son las 15:15. Nos instalamos en un correcto Hotel y tenemos la tarde libre para descanso y primera toma de contacto.
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Todavía
aturdidos por el exceso del viaje paseamos por unas amplias avenidas bordeadas
de grandes palmeras hasta que nos damos de bruces con la Medina. Un enjambre de
gente, sonidos, olores, colores y sabores invaden nuestros sentidos. La cruzamos con tranquilidad queriendo asimilar todo, nos cargamos de ese caleidoscopio de sensaciones
mientras salimos por la otra puerta hasta desembocar en los acantilados de un bravío atlántico al tocar casi el ocaso de la tarde. La luz oblicua alarga las sombras y las imágenes toman profundidad. El mar choca poderosamente en los acantilados y nosotros asombrados
nos giramos para contemplar desde abajo una colina coronada por una mezquita a cuyos
pies reluce un gigantesco cementerio. Volvemos con sosiego pensando en el mañana, cuando empezará lo importante.
Texto: Arielle & Enric
Fotografías: Arielle, Enric & Paco Bedmar
... Continuará ... Ver Siguiente: Parte III
gente, sonidos, olores, colores y sabores invaden nuestros sentidos. La cruzamos con tranquilidad queriendo asimilar todo, nos cargamos de ese caleidoscopio de sensaciones
mientras salimos por la otra puerta hasta desembocar en los acantilados de un bravío atlántico al tocar casi el ocaso de la tarde. La luz oblicua alarga las sombras y las imágenes toman profundidad. El mar choca poderosamente en los acantilados y nosotros asombrados
nos giramos para contemplar desde abajo una colina coronada por una mezquita a cuyos
pies reluce un gigantesco cementerio. Volvemos con sosiego pensando en el mañana, cuando empezará lo importante.
Texto: Arielle & Enric
Fotografías: Arielle, Enric & Paco Bedmar
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Menuda experiencia...!
ResponderEliminarNo la vais a olvidar nunca.
Leeros está resultando tan emocionante como si de una novela de aventuras se tratase.
No tardeis mucho en seguir con la tercera parte, que estamos intrigados...!