La
diversidad de paisajes que encierra el Parque Natural de Sierras de Tejera, Almijara y Alhama es inacabable. La gran extensión que ocupa este sistema
montañoso, su elevada pluviometría, combinada con su peculiar geología y
altitud, permite la formación de una extensa red fluvial. De entre los muchos
ríos, arroyos y fuentes que nos ofrece la sierra cabe destacar, por su
espectacularidad, el Río Verde.
Alimentado
por los Barrancos de los Chortales, de los Madroñales y de las Chorreras, este
espléndido río de montaña, con caudal permanente, debe su nombre a la
transparencia de sus aguas y a la riqueza y frondosidad de sus bosques de
ribera. Estas formaciones
vegetales constituyen una de las zonas de mayor
biodiversidad en el SE Ibérico. En ellas podemos observar magníficos restos de
uno de los ecosistemas más exclusivos: el bosque
mediterráneo. Considerado como
una de las joyas paisajísticas, este conjunto de cortados,
desfiladeros y
cañones de origen cárstico, dan cobijo a tan singular bosque en donde se
mantiene gran número de especies botánicas exclusivas. La multitud de
acantilados,
despeñaderos, escarpaduras y precipicios hospedan a una variada
presencia de aves. Cabe destacar el grupo de las rapaces por su diversidad. Junto
al Águila Real, se ha censado el Águila perdicera, el Águila culebrera, el
Halcón peregrino, Cernícalos y Búho Real. Tampoco debemos olvidar la prodigiosa
geología de la zona, las tobas calcáreas formadas por la acción del agua, las
formaciones de travertino, estalactitas, estalagmitas y los fenómenos cársticos
que imprimen esa pátina de sofisticación a este conjunto de cañones.
El
difícil acceso y su actual protección dentro del parque, ha facilitado la
permanencia de estos fascinantes espacios. En los cañones se practica el
barranquismo (previa autorización), siendo el enclave más famoso y conocido de
Andalucía. En verano estos barrancos suelen atraer a gran número de visitantes,
sus transparentes pozas emplazan al baño a excursionistas y barranquistas, que
llenan estos ásperos barrancos casi masivamente.
No
resulta del todo de nuestro agrado, pero es lo que hay.
El
sendero comienza en el punto kilométrico 28,7 de la carretera A-4050 que
comunica Almuñécar con Granada pasando por Otívar. Esta vía es conocida
popularmente como “Carretera de la Cabra”.
En
el lateral de poniente hay un cartel informativo donde se explican algunos
aspectos de este sendero. Podemos dejar los vehículos en unas ampliaciones del
arcén.
Esta
es una ruta de fácil recorrido, idóneo para un paseo mañanero en un día festivo
como éste. El tiempo soleado y algo fresco favorece el transitar. Nos espera
una agradable ruta, ideal para el disfrute de los sentidos y nada exigente.
Comenzamos
a caminar (9:15 h – 1.050 m – 0,0 km – 00:00 h), el sendero empieza ascendiendo
unos escalones de piedra, toma dirección W-SW flanqueando la ladera norte del
Cerro Martos (1.221 m) en un continuo sube y baja. La poca elevación del sol
hace que todo este largo tramo lo caminemos a la sombra. Nos movemos entre una
vegetación modelada por el fuego. Domina el paisaje un matorral mixto con
jaras, aulagas, romeros, enebros y demás yerbas. Esporádicos pinos carrascos y
pinos resineros, salpican acá y allá. Alguna encina y los raros madroños
adornan con sus rojos
frutos algún punto del sendero. La vereda está muy bien
acondicionada y en su travesía podemos disfrutar de largas vistas panorámicas.
Por nuestra derecha vemos unos espectaculares riscos calizos denominados “Los
Poyos del Pescado”, antiguo paso de
caballerías. Hacia el noroeste destaca el
inconfundible Pico Lopera (1.485 m), mientras que hacia poniente una sucesión
de cerros culmina en la lejanía con la figura de la Navachica (1.837 m).
Vemos
barrancos de fondo blanco donde la erosión del frágil substrato dolomítico
deposita enormes cantidades de blancas arenas y redondeados cantos. Tras casi
una hora de
camino comienza una prolongada y empinada bajada de fácil paso por
la creación de una línea de escalones artificiales que aprovechan el terreno
rocoso. Hay algunos asideros de cable metálico que solucionan posibles
dificultades. El paso de esta escarpadura desemboca en una de las más
espectaculares y conocidas caídas de agua: la Cascada de los Árboles
petrificados o Chorreras de los Palos (10:10 h – 780 m – 2,39 km – 00:55 h). Se
trata de un espectacular salto de agua revestido de antiguos troncos de pino
mineralizados por el carbonato cálcico disuelto en el agua. Por la derecha de
esta cascada una corta trocha nos permite el acceso a una cueva donde podemos contemplar
preciosas estalactitas y estalagmitas.
Continuamos por la otra ribera. Seguimos una pista que asciende
alejándose del riachuelo. Proseguimos ahora a una altura considerable del lecho
del río recorriendo las lomas del Cerro Gitano hasta tropezar con la
bifurcación que a través de la frondosidad que el bosque
mediterráneo ofrece
nos devuelve hasta el fondo del barranco, punto final de este recorrido (12:00
h – 555 m - 5,74 km – 02:45 h). En un paraje idílico con una sucesión de
transparentes pozas y una cercana caída de agua encerrada entre altos y
sombríos
acantilados nos detenemos para comer. Fotos, risas y emoción son los
aliños de la comida. Tras 34 min. de parada, decidimos regresar. El camino de
vuelta es el mismo. La charla anima el regreso, entre imágenes de cascadas, el
graznido de alguna águila que otea desde lo alto y el rumor del agua en su
eterno descenso, casi sin darnos cuenta estamos de regreso (14:38 h – 1.050 m –
11,45 km – 05:23 h).
Precioso
pateo fácil, sin exigencias y muy apto para el disfrute familiar.
Esta
excursión la realizamos el 1 de noviembre de 2011.
Los
datos finales son como siguen:
Longitud
total: 11,45 km
Desnivel
acumulado: 906 m
Tiempo
Total empleado: 05:23 h
Tiempo
en movimiento: 03:22 h
Tiempo
parados: 02:01 h
Velocidad
media en movimiento: 3,4 km/h
Podéis descargaros la ruta para GPS en el siguiente enlace:
Texto
y Fotografías: Arielle & Enric
Qué fotos tan bonitas, y eso que la realidad en este caso, supera a la ficción.
ResponderEliminarSolamente he ido una vez a Río Verde, y estaba lleno de gente bañándose en cada rincón del río, en cada poza, y los que no se bañaban estaban con los neoprenos y las cuerdas, colgando de los cañones.
Qué buena idea ir por allí cuando no hace calor, jajaja...
Buenas tardes, que buena pinta tiene esta rutita, una pregunta, ¿en algún momento hay que pisar agua? es para ir preparado. gracias
ResponderEliminarHola, la rutilla es fácil, cómoda y muy agradable, en principio no se tiene que pisar agua. Bueno en alguna ocasión hay que atravesar el cauce del río y depende de como venga de caudaloso habrá que tener cuidado de no mojarse. De todas maneras es una ruta que para la primavera tardía o principios de verano es agradable un buen baño. Espero que la disfrutéis si finalmente os decidís realizar.
Eliminarcuidado los fines de semana rompen los cristales de los coches en ese punto y en algunos casos pinchan las ruedas.
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