Entre
las muchas travesías que nos podemos proponer por esta monumental Sierra de
Almijara, una de ellas que nos atraía enormemente era recorrer la legendaria
vereda del Puerto de los Umbrales. En muchas ocasiones en nuestras constantes
excursiones por esta
parte de la sierra, la habíamos visto desafiante como
ascendía diagonalmente desde el mismo lecho del río Higuerón atravesando toda
la vertiente sur del Cerro del Cisne, para franquear hasta la vertiente del río
Chillar. Nuestro mapa sugería que dicha vereda terminaba casi directamente en
el afamado Cortijo del Imán. ¡Eureka!, sería fabuloso poder llegar hasta este
Cortijo (que tanto queríamos visitar) y, a la vez, andar por la Vereda del
Puerto de los Umbrales; qué maravilla. Finalmente establecimos el itinerario a
través del mapa y aprobamos el trayecto.
El
camino nos llevaría desde la aldea del Acebuchal, pasando por la Venta
Cebollera y el Collado Blanquilla hasta el lecho del río Higuerón, desde donde tomaríamos
la Vereda del Puerto de los Umbrales, que nos acercaría hasta el Cortijo del
Imán para, desde allí, descender a Frigiliana. Éste fue nuestro plan inicial.
Después tuvimos que cambiar el trayecto porque, en ocasiones, los mapas no
reflejan la realidad del territorio y el tramo final desde la Vereda del Puerto
de los Umbrales hasta el Cortijo del Imán no existe o, si existió, ha
desaparecido.
El
13 de enero de 2012 fue el día elegido. Llegamos con nuestro vehículo hasta
Frigiliana sobre las 07:30 h de la mañana, aún a oscuras. Aparcamos cerca de la
Plaza del Ingenio donde habíamos quedado la noche anterior con un taxi. El
amigo Paulino (taxista de Frigiliana telf. 696969469) apareció puntual, nos
llevó por un módico precio hasta la vecina aldea del Acebuchal. Como con su
coche sólo hace el trayecto asfaltado, nos dejó en el cruce donde termina el
asfalto.
Desde
aquí comenzamos el pateo (550 m – 07:42 h – 00,00 Km – 00:00 h).
El
cruce está justo al inicio de la pista a la cual debemos acceder con posterioridad
desde el Acebuchal. Por ello decidimos no bajar hasta la aldea y seguir por la
pista, sin perder altura. El trayecto era un poco más largo aunque nos evitaría
el subibaja de descender hasta el Acebuchal para luego tener que ascender por
el barranco hasta la Venta Cebollera.
Comenzamos
sin haber despuntado aún la primera luz del día, los frontales nos ayudan en
esta parte de la mañana. La claridad se va haciendo patente a medida que
caminamos y entramos en calor. La mañana no es excesivamente fría (10 ºC) pero
se presenta un cielo cubierto. Nos amanece mientras cruzamos la pista y
alcanzamos la Venta Cebollera (610 m – 08:43 h – 04,75 km – 01:01 h).
Este
trayecto nos es de sobra conocido y sólo paramos para quitarnos algo de ropa y
guardar los frontales. No me gusta el aspecto del amenazante cielo. Continuamos
con
rapidez atravesando el Barranco del Mármol y llegando hasta el Collado Blanquilla (820 m – 09:25 h – 06,06 km – 01:43 h). Traspasamos el collado y empezamos a ver las grandiosas
rapidez atravesando el Barranco del Mármol y llegando hasta el Collado Blanquilla (820 m – 09:25 h – 06,06 km – 01:43 h). Traspasamos el collado y empezamos a ver las grandiosas
vistas de la vertiente del Higuerón, el Cerro
Pichirri (884 m) queda a nuestra derecha. El imponente Cisne (1.479 m), hoy
ungido por una oscura corona de nubes, a nuestro frente.
Por la izquierda
destaca entre un manto de negras nubes, la piramidal figura del Lucero
(1.774
m). Paramos unos minutos para comer algo y hacer fotos mientras comentamos el
tiempo. Sin más pausas continuamos por la pista que desciende hasta encontrar
la balsa contra incendios y el helipuerto. Accedemos hasta el Higuerón para
alcanzar, por la otra
vertiente, la entrada a la Vereda del Puerto de los
Umbrales. (700 m – 10:13 h – 09,23 km – 02:31 h). El ritmo ha sido bueno, la
amplia pista lo permite. En un umbroso recodo se recortan los pinchudos tallos
del brusco (Ruscus aculeatus) con sus atractivos frutos rojos.
La
vereda asciende con rapidez a medida que el sol aparta las nubes. Un tenue
calorcillo nos va atrapando mientras ganamos altura a la vez que se despeja la
mañana. Las vistas crecen en lejanía y los colores ganan en luminosidad. La vereda
se ondula diagonalmente por la vertiente sur del Cerro del Cisne. La colina
está coronada por unos verticales
acantilados calcáreos de imponente aspecto.
Caminamos a sus pies cruzando barrancos,
pedregales y zonas de derrubios.
Finalmente alcanzamos el Collado de Puerto Umbrales (1.030 m – 11:27 h – 12,15
km – 03:45 h). Estamos en el punto más alto del recorrido de hoy. Desde aquí
divisamos el ansiado Cortijo del Imán casi en línea recta. Tendremos que
atravesar unos barrancos que se ven a nuestros pies antes de la llanada donde
está el cortijo pero creemos que lo conseguiremos.
El
sendero comienza a descender por la parte derecha del barranco. Zigzaguea por
la
empinada loma descendiendo con rapidez. En un momento la trocha gira en
sentido SE y cambia de vertiente. No nos gusta el cariz que toma esto, ya que
nos alejamos de la línea
del Cortijo y paramos. Oteamos la otra vertiente, la
estudiamos con los prismáticos pero no encontramos rastro de camino ni vereda,
apenas una trocha y menos una vía pecuaria. Tras las dudas, las impresiones, la
charla, decidimos seguir la senda marcada con hitos de piedra. Después de
rebasar el Tajo del los Aviones, la cañada desciende con vértigo hasta
ingresar
en el mismo lecho del Barranco de la Cueva de la Parra (Barranco de la Parra)
en un idílico lugar protegido con altísimos acantilados pétreos de frondosa
vegetación (655 m – 12:28 h – 13,92 km – 04:46 h). El lugar es encantador, con
pequeñas cascadas entre
grandes bloques de blanca roca. Cruzamos el arroyo para
seguir el trayecto que, ahora, bordea bien por la derecha, bien por la
izquierda, el curso del agua. Caminamos saltando
entre grandes rocas, piedras y
bloques, sorteamos árboles caídos y tras un tiempo que nos parece eterno,
avistamos la unión del arroyo con el río Chillar. Un amplio y boscoso lecho
sale a nuestro encuentro (455 m – 13:48 h – 15,30 km – 06:06 h). Cruzamos el
Chillar remontando un poco su lecho, por nuestra izquierda se alza las lomas de
El Cerrajón (561 m). Llegamos hasta la confluencia con el sendero que asciende
al Cortijo del Imán.
Paramos y deliberamos. El atardecer se nos echa encima, la
hora y la distancia hasta el
cortijo nos hacen abandonar la idea de acercarnos
hasta él. En verdad no nos apetece para nada que el anochecer nos alcance por estos
lares. Así que decidimos comer tranquilamente sentados al sol y junto a las
juguetonas aguas del río con su eterno navegar hacia el mar. El constante
tintineo del agua al golpear las rocas, la calidez del sol de media tarde y los
aromas de romeros, tomillos y artemisas nos embriagan. A regañadientes nos
ponemos nuevamente en pie y continuamos camino. El trayecto serpentea el río
Chillar en un constante zigzag. Tras un recodo nos topamos con una cueva para
después llegar hasta la Presa desde donde una toma de agua llanea en suave
descenso por la vertiente oriental. Nosotros seguimos por la ladera occidental,
pasando
por la Cuesta Jiménez y continuamos el sendero que, sin pérdida, nos
depositará en Frigiliana. (310 m – 17:00 h – 24,02 km – 09:18 h).
Una
magnífica travesía que asciende empinadas lomas, atraviesa cañones, vadea
arroyos y ofrece todos los alicientes para una entretenida excursión.
Absolutamente recomendable.
Los datos finales
son como siguen:
Distancia total
recorrida: 24,02 km
Tiempo total
empleado: 09:18 h
Tiempo en
movimiento: 06:37 h
Tiempo parados:
02:40 h
Velocidad media en
movimiento: 3,6 km/h
Desnivel total
acumulado: 1.196 m
Podéis bajaros esta
ruta para GPS en la siguiente dirección de wikiloc:
Texto y
fotografías: Arielle & Enric
Qué bien estoy aprendiendo a conocer estas sierras de vuestra mano; no creo que llegue a adorarlas tanto como vosotros, pero sí empiezo a notar ese "gusanillo" que te impulsa a querer conocer la Almijara un poco mejor.
ResponderEliminarGracias por compartir conmigo vuestros caminos de vez en cuando!
Seguiremos pateando esas veredas juntos, verdad...?
Claro que si, Mariló. Fritica estoy por salir los fines de semana a hacer rutillas por la Almijara; que hay mucho que "investigar" y descubrir.
EliminarEnhorabuena por vuestro espíritu aventurero, está consiguiendo que descubráis preciosas rutas y lo mejor, que nos aportáis ilusión para poder conocer nuevas zonas tan encantadoras como esas.
ResponderEliminarPreciosa la ruta y la entrada en el blog.
ResponderEliminarCreo que hicisteis lo correcto. Si os llegáis a meter por el sendero hacia el cortijo del Imán se os hace de noche porque hay mucha distancia para llegar al mismo y la senda está repleta de vegetación con espinos.
Comprendo vuestra 'desazón' cuando veíais que la senda os bajaba hacia el sur y teníais el cortijo enfrente vuestro al este... de todos modos, el cortijo, al estar tan elevado con respecto al río, tiene un acceso complicado y sólo se le puede entrar por el Chíllar desde muy abajo (o viniendo desde la parte alta del río).
Otra cosa: mi segunda vez en la Almijara (hace ahora 14 años) hicimos una travesía de 3 días y la última cumbre fue el Cisne. Recuerdo que hicimos la bajada del Cisne por una arista empinadísima hacia el sur y desembocamos tras mucho penar por barrancos y despeñaderos en esa misma vereda del Puerto de los Umbrales. También se nos hizo eterno el camino hasta la confluencia con el Chíllar :-)
Gracias por compartir Arielle :-)