jueves, 27 de octubre de 2011

Tajos del Almendrón



La Sierra de Almijara encierra muchos y muy variados paisajes. A nuestro parecer los Tajos del Almendrón atesoran majestuosidad, espectacularidad e imponente grandiosidad. Ascender hasta su cima, desde donde contemplar los vertiginosos




precipicios abiertos por la cuenca del río Chillar, con sus paredes verticales que pueden alcanzar los 1.000 m de desnivel o el poder escalar el pico piramidal que constituye su hermano menor el Almendrín también llamado Torre del Almendrón, son suficientes valores como para enrolarse en el proyecto.


 Aun así incluye otros; poder caminar por la ancestral vereda de las Minas; contemplar en los tajos más inaccesibles las bocas de las antiguas explotaciones mineras donde se explotaba la galena y el amianto (tremolita); aspirar los aromas de la sierra; identificarse con el sufrimiento que suponía el penoso transporte de estos minerales en sacos cargados en acémilas hasta la Fuente del Esparto donde eran lavados, para después llevarlos hasta la fábrica de plomo de Burriana desde donde se embarcaba. Todo esto constituye en si mismo casi un viaje iniciático y, sin duda es suficiente atractivo para hacerte conectar con anhelo al proyecto.


Este octubre de 2011 cumplimos con otro de nuestros propósitos, hollar la cumbre del Almendrón, contemplar sus paisajes y patear sus senderos.


La aproximación la hacemos por la autopista A7 desde Motril tomando la salida de Nerja-Cuevas de Nerja. Tomamos dirección a las cuevas de Nerja. Justo a su entrada y por nuestra izquierda, parte una pista que en unos 5 kilómetros nos acerca hasta el área recreativa del Pinarillo, donde podremos dejar los vehículos.

Tras cumplir con nuestras obligaciones laborales en la jornada, llegamos algo tarde al Pinarillo (465 m – 11:55 h – 0,0 km – 0:00 h). El día nos ofrece un ambiente cambiante. Entre un luminoso y cálido sol acechan grandes y amenazantes cúmulos de densas nubes con las que juega al escondite la luz. Con premura iniciamos el camino tomando dirección norte por una amplia pista que bordea el Barranco de la Coladilla hasta la Fuente del Esparto. En nada y menos el carril cruza el curso del barranco. 

Justo en este punto abandonamos la pista para adentrarnos por el lecho seco del cauce. Nos internamos en el espectacular Barranco de Cazadores. Un bosquecillo de eucaliptos a ambos lados ocultan vistosos abrigos y pequeñas cuevas. A medida que nos introducimos, los paisajes se tornan más imponentes. Las paredes verticales nos empequeñecen y nos encierran en su sombreado lecho. Su fisonomía transversal en valle cerrado aparece encajado en un perfil en U abierta. Un espectacular valle donde en las épocas de las glaciaciones se acumularon cortos glaciares que, en el caso de este barranco, descendía hasta los 700 m de altitud.


Antes de que el barranco gire bruscamente hacia levante, por nuestra izquierda (seguir los hitos de piedra), parte un empinado sendero que conecta el lecho del


 cauce con un sugestivo sendero conocido como “vereda de las Minas”. La vereda perfila, por la izquierda y a media altura, el Barranco de Cazadores.

 Nos ofrece estupendas vistas de la misma torrentera y los precipicios vecinos. En una especie de balcón nos detenemos (970 m – 13:34 h – 3,6 km – 1:39 h). Comemos algo de fruta y sacamos muchas fotografías. Vemos por poniente los altos Tajos del Almendrón (1.514 m), con el Almendrín (1.335 m) y el paso de La Puerta (1.122 m). A nuestro frente la Maceta (1.326 m), con sus imponentes acantilados verticales que descansan sobre el mismo lecho del barranco. Continuamos con premura, el camino es largo y penoso de andar.


 El sendero zigzaguea por la ladera para introducirse por una torrentera donde encontramos otro cruce señalado con hitos de piedra (1.055 m – 14:22 h – 4,15 km – 2,27 h).

Tomamos la izquierda, dirección oeste hacia el Nido del Buitre. El sendero se introduce entre la espesa vegetación atravesando un carrascal bajo y algo cerrado. Zigzaguea ascendiendo con rapidez para alcanzar la suficiente altura donde la vegetación clarea y se empequeñece. Dejamos atrás el bosque y el horizonte se expande. Por nordeste la Navachica (1.830 m) vigila desde su alta atalaya. Hacia el norte los espectaculares Tajos del Sol (Alto de las Minas) (1.686 m), excelente mirador hacía el valle del río Chillar, conectan por una cornisa casi vertical con el Nido del Buitre (1.544 m). 


Los Tajos del Sol enlazan con los Tajos del Almendrón por el Collado de la Mina de la Buena Fe (1.372 m). En este cruce de senderos (1.370 m – 15:02 h – 5,52 km – 3:07 h) tomamos izquierda, dirección sur. Bordeamos los Tajos del Almendrón por su cara oriental hasta encontrar una trocha que asciende con vertiginosa rapidez hacia la cuerda culminar. Para alcanzar la cumbre hay que 











atravesar toda la arista de los Tajos, en parte es muy aérea, no apta para gente con vértigo. La misma cumbre es una sencilla gran roca piramidal donde no hay espacio para mantenerse de pie. En cambio las vistas son muy espectaculares (1.514 m – 15:45 h – 5,94 km – 3:50 h). Por poniente se desploma en vertiginoso y vertical


precipicio la ladera rocosa del Almendrón hasta la hoya del Chillar, un maravilloso valle del cual podemos disfrutar unos pocos minutos. Las nubes se acumulan en


las laderas, ascienden por los collados ocultando temporalmente las vistas. La humedad reinante en forma de nieblas y nubes bajas ocultan el cercano mediterráneo, lo intuimos, casi lo olemos aunque sin verlo.
En la misma cumbre paramos a comer a buen rececho de los frescos y húmedos vientos. Tras una parada de unos 45 minutos descendemos del Almendrón. Hay


que volver a atravesar la arista, ahora con más cuidado si cabe, y retomar el sendero que dejamos a media ladera. La ruta continua bordeando los Tajos, con rapidez alcanzamos la base del Almendrín (1.245 m – 17:20 h – 7,09 km – 5:25 h). 


Es espectacular aunque la entrada de niebla nos dispone a no parar para nada. Tras cruzar La Puerta, descendemos con rapidez por la Cuesta de los Galgos entre una espesa vegetación de aulagas, romeros, enebros y jaras. La tarde se nos echa encima, las negras nubes cubren el amenazante cielo. Alcanzamos la pista (670 m – 18:30 h – 10,14 km – 6:35 m) que plácidamente nos devuelve hasta el paraje del Pinarillo, donde nos espera nuestro vehículo (19:07 h – 13,05 km – 7:14 h)


Los datos finales son como sigue:
Distancia total recorrida: 13,05 km
Tiempo total empleado: 7:14 h
Tiempo en movimiento: 3:45 h
Tiempo parados: 3,30 h
Desnivel total acumulado: 1.087 m
Velocidad media en movimiento: 3,3 km/h

Podéis bajar esta ruta para gps desde wikiloc en el siguiente enlace:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2153747

Texto y Fotografías: Arielle & Enric

viernes, 21 de octubre de 2011

A vueltas por el Lucero



Durante el invierno que se avecina nos hemos propuesto preparar una ruta que atraviese de norte a sur (o viceversa) nuestra querida Sierra de Almijara. Partiendo desde Fornes o Jayena (todavía no está decidido) y finalizando en Frigiliana. Parte del trayecto lo tenemos pateado y referenciado. Como queremos incluir dentro del recorrido la ascensión al Pico del Lucero (1.774 m), nos hemos lanzado al monte para intentar localizar algún sendero, trocha o paso que nos permita ascender (o descender) desde el Puerto de Frigiliana hasta el mismo Pico del Lucero por su cara oriental.


El siguiente relato refleja el alpargatazo que nos dimos en nuestra búsqueda y que nos permitió llegar a disfrutar de algunos de sus más recónditos parajes, de




muchas de sus espectaculares vistas y de su inmejorable y áspero ambiente de naturaleza pura que transmite y alberga esta espectacular Sierra de Almijara.


Partiendo desde Fornes tomamos la entrada principal hasta el Centro de Defensa Forestal de La Resinera (está indicado al borde de la carretera). Es un camino de tierra apto para todo tipo de vehículos que en unos 2 kilómetros y, tras cruzar el río Cacín, nos acerca hasta el complejo de edificaciones de la Resinera, en donde nos pueden informar de cualquier ruta que estemos interesados en realizar.


Desde aquí continuamos por la pista que en dirección S accede hasta el Puerto de Frigiliana. Tras unos cincuenta metros y por nuestra derecha, parte otra pista en dirección SW que, en ascendente, nos lleva hasta el Puerto de Cómpeta. Seguimos esta dirección.


Se trata de un camino forestal de unos 10 km más o menos adecuado para el transito de coches, que nos traslada a través de los Llanos de Carbonales y por el margen izquierda del río Añales hasta llegar al lecho de una suave rambla en la cara norte del Lucero, cerca del cartel indicativo del sendero de ascensión.
El coche lo dejamos unos 2 km antes de llegar al inicio del sendero, justo donde se encuentra el cruce que en dirección E, nos dirige hasta la Caseta de la Cuesta Parda. Es un sendero que une el Puerto de Cómpeta con el Puerto de Frigiliana.
Aquí es donde comenzamos el pateo (1.205 m – 9:55 h – 0,0 km – 0:0 h).


Después de estirar los entumecidos músculos, la mañana nos ofrece un cristalino día con un vibrante y refulgente cielo azul, una fresca temperatura y una transparente atmósfera que seduce las almas . Todo adecuado para el buen transcurrir del camino.
El sitio es un agradable bosque claro de pino doncel o pino resinero (Pinus pinaster), acompañado de grandes sabinas (Juniperus phoenicea) y enebros (Juniperus oxycedrus) asciados a aulagas, romeros y demás hierbas.


Tras los primeros pasos y cerca del inicio encontramos una bifurcación a nuestra derecha que desestimamos. Seguimos rectos siempre en dirección E. Al poco nos cruzamos con un cortafuegos (1.300 m – 10:17 h – 1,3 km – 0,22 h), continuamos por la pista (siempre dirección E) que serpentea ya en bajada pronunciada hasta descender al lecho del río de la Venta cuyo cauce vadeamos saltando entre grandes piedras acompañados del fresco ambiente que el cerrado barranco y la humedad del arroyo transmiten.

 Alcanzamos la Caseta de la Cuesta Parda en la misma pista de ascenso al Puerto de Frigiliana (945 m – 11:15 h – 5,12 km – 1,20 h).
En este sitio un cartel nos facilita información sobre el “sendero de los resineros” y el oficio de resinero (resulta interesante). Nosotros tomamos parte de este trayecto en nuestra siguiente tramo del recorrido. Desde aquí y continuando por la pista empezamos a aproximarnos hasta el Puerto de Frigiliana. El carril asciende paulatinamente. 


Al poco nos topamos con un cruce, tomamos derecha (dirección S-SW) ahora con la pirámide pétrea del Lucero a nuestra diestra (1.040 m – 11:50 h – 6,95 km – 1,55 h). Esta zona está tapizada por un excelso pinar de antiguos árboles que se salvaron de los incendios de 1975 y 1982.


Tras una breve parada para disfrutar del paisaje, beber y comer algo de fruta, llegamos hasta el Puerto de Frigiliana (1.185 m – 12:29 h – 9,15 km – 2,34 h).


Desde aquí las vistas sorprenden. A través de un verdeante pinar y entre pardos cerros, aparece un resplandeciente mediterráneo perfilando el horizonte. Magnetizados por el brillo del mar y con la vista puesta en su límpido azul, avistamos por nuestra derecha (dirección W) la pétrea mole del Raspón de los Moriscos (1.774 m) y por nuestra izquierda (dirección NE) despunta el Cerro de los Machos (1.589 m) y La Cadena (1.645 m).


Continuamos tomando el sendero de los resineros marcado por nuestra derecha (dirección W). Con rapidez la vereda asciende consecutivamente dos pequeños cerros al pié del Lucero. Las vistas hacia el sur son espectaculares, toda la grandiosidad de la Almijara hasta la costa a nuestros pies. El imponente Lucero, los Tajos de la Mota y demás altos coronados por la cúspide de la Maroma en la lejanía a nuestro frente. Magníficas vistas de grandes horizontes, imponentes agujas pétreas, barrancos vertiginosos, claros bosques y cielo azul.


La cañada desciende hasta tocar la base oriental del Lucero, lo bordea serpenteando por la ladera E. Pasamos por una atalaya denominada “Mirador del Agua” (1.325 m – 13:40 h – 11,15 km – 3:45 h).


Este oteadero debe su nombre a que desde el mismo se puede observar por el sur la lámina acuosa del centelleante mar Mediterráneo. Mientras que hacia el norte atisbamos la azulada figura del Pantano de los Bermejales. Sin dilación proseguimos por la trocha que ahora se ondula perfilando la ladera norte del Raspón hasta desembocar en un cruce de caminos en donde ladeamos en dirección sur (marcado con hitos de piedra) para seguir la subida hasta el ansiado Lucero (1.280 m – 14:00 – 12,11 km – 4:05 h). Antes de empezar con la ascensión comemos algo con mesura y empezamos la subida a las 14:15 h.


La vereda asciende cansinamente hasta llegar al collado de los Mosquitos (1.455 m – 14:47 h – 13,84 km – 4:52 h).


 En este punto se toma el tradicional sendero que desafiante, zigzaguea la esbelta figura del Lucero en una subida de tradición alpina entre la aguda pirámide que forma su parte final. En poco tiempo estamos en su cumbre (1.775 m – 15:19 h – 15,12 km – 5:50 h).


Las vistas que se vislumbran desde esta atalaya no las describiré, simplemente son más que excepcionales. Os invito a subir para disfrutarlas. Sólo diré que en un día tan claro como el de hoy, la costa del Rif africano la vemos casi a la mano, casi la tocamos. Sencillamente emocionante.


En esta cumbre existe una derruida fortificación militar que era empleada por su valor estratégico en tiempos de la guerra civil para la vigilancia y defensa de la zona en la época del maquis. El sendero que asciende hasta aquí es el reflejo del antiguo camino que se utilizaba para subir.


Empleamos unos 35 minutos en disfrutar de todo esto e iniciamos el descenso a las 15:47 h.


En poco menos de una hora descendemos todo el sendero hasta la pista del Puerto de Cómpeta (1.275 m – 16:39 h – 17,82 km – 6:45 h). Desde aquí ya sólo es dejarnos deslizar por esta amplia y polvorienta pista hasta alcanzar nuevamente nuestro vehículo (1.205 m – 17:02 h – 19,58 km – 7:06 h).
Mientras estiramos los músculos comentamos el espléndido recorrido, recordamos lo que hemos visitado y las vistas que hemos disfrutado. El cansancio lo vamos a paliar en Fornes a modo de homenaje para el cuerpo con unos tintos de verano y alguna tapa del lugar. Como dicen nuestros compañeros de los Ytantos “la barticipación ha sido satisfactoria”.


Los datos finales son como siguen:
Distancia total recorrida: 19,58 km
Tiempo total empleado: 7:06 h
Tiempo en movimiento: 5:05 h
Tiempo parados: 2:01 h
Desnivel total acumulado: 1.135 m
Velocidad media en movimiento: 3,87 km/h

Podéis obtener esta ruta para GPS en wikiloc desde el siguiente enlace:

Textos y Fotografías: Arielle & Enric

martes, 4 de octubre de 2011

Circular Los Escullos - Los Frailes



El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar en la provincia de Almería ha sido para nosotros, desde que nos conocimos allí en el año 2009, un sitio casi mágico y hemos vuelto una y otra vez para recorrer todos sus rincones, lomas y playas.


El parque, de gran relevancia ecológica, es de origen volcánico y es el primer Parque marítimo-terrestre de Andalucía, con una extensión de 38.000 has, a las que hay que sumar una franja marina de una milla de anchura (12.000 has).
En esta ocasión, un maravilloso sábado 24 de septiembre, queremos hacer un recorrido circular desde el Camping Los Escullos pasando por Los Frailes, dos lomas de origen volcánico, uno un poco más alto que otro (444m. y 493m. respectivamente) que conforman el techo del Parque Natural.


Salimos casi a mediodía (11:48 h – 20 m – km 0), una hora no muy recomendable por el intenso calor pero con sombrero, agua y untados con crema solar  todo es soportable. Partimos desde la puerta del camping en dirección sur. Seguimos una polvorienta pista que se convierte en camino asfaltado hasta llegar a un depósito de agua (12:00 h – 55 m – Km 0,937) que dejamos atrás, siguiendo intuitivamente el poco evidente sendero que se dirige por la vaguada, hacía arriba.


 La vegetación inicialmente rala toma altura en esta vaguada y casi entorpece el andar.


 Comenzamos a ganar altura y divisamos con deleite el radiante mar  mediterráneo. El camino continua ascendiendo con rapidez y en un santiamén estamos en un primer collado (12:15 – 137 m – km 1,53). 


Los paisajes son espectaculares, divisamos hacia levante toda la línea de la costa con sus contorneados cabos, ensenadas y salientes en una sinfonía de oscuros colores destacando sobre el refulgente mar azul. 




















Seguimos remontando, nos lo tomamos con calma, el paisaje, la calidez del ambiente, la claridad y los colores nos envuelven. Nos detenemos una y otra vez, miramos, charlamos y disfrutamos. Después de atravesar unos cortos pedregales y saltar entre los riscos llegamos a la primera cumbre: el Cerro de los Frailes (13:48 h – 442 m – km 2,72).


 No nos cansamos de contemplar las vistas, la aridez del interior contrasta con la composición de colores del azul mediterráneo. Descendemos el cerro por su cara occidental entre destrepadas y saltos entre rocas y  alcanzamos el collado de los Grajos (14:07 h – 352 m – km 3,00). Delante tenemos la última subida del día, la vertiente oriental de El Fraile. Divisamos hitos de piedra y los seguimos, nos acercan hasta la pared oriental. Unos bonitos pasos de trepada y unos saltos entre grandes bloques nos dejan con rapidez en la misma cumbre (14:35 h – 493 m – km 3,45). Sobre su vértice geodésico almorzamos y contemplamos extasiados toda la amplitud del Parque.


 Por poniente la bahía de San José, la playa de los Genoveses hasta el cerro de la Vela Blanca. Por levante los Escullos, la Isleta del Moro y el lejano cerro de los Lobos. Por el sur la inmensidad del gran azul que es el mar mediterráneo donde vemos el surcar de algunos barcos de vela, un grupo de kayaks y en la lejanía una enorme nao comercial. Hacia el norte la aridez del interior con su agotada vegetación en este principio de otoño,  el cerro de la Majada Redonda, el morrón de Mateo, el cerro de la Viña y otros que desconocemos.




Tras una animada comida retomamos el camino de vuelta. Descendemos por una  larga loma que serpentea hacia el NW para después tomar dirección N a través de unas petrificadas coladas de lava que nos recuerdan muchos paisajes de las lejanas islas Canarias. Seguimos unos mojones de piedra, a veces teñidos de blanco, y cruzamos unos amplios barrancos  para retornar al camping (16:00 h – 20 m – km 6,96).


Un recorrido fácil, agradable de andar aunque no exento de alguna corta trepada y algún tramo de gran desnivel. Desde luego las vistas, los paisajes compensan cualquier


contratiempo. Muy recomendable porque podremos divisar con amplitud toda la extensión del Parque Natural de Cabo de Gata.

Los datos son como siguen:
Distancia total recorrida: 7,09 km
Tiempo total empleado: 4,17 h
Desnivel acumulado: 491 m
Evidentemente el tiempo empleado puede ser mucho menor. Nosotros lo tomamos con calma, el día y el paisaje lo exigían. Charlas, fotografías y largas contemplaciones nos llevaron a ello.

Podéis bajaros la ruta para GPS desde Wikiloc en el siguiente link:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=2059063

Texto y Fotografías: Arielle & Enric